Una sesión de fotos familiares en estudio es mucho más que una imagen bonita: es una pausa, un momento para respirar y capturar la esencia de tu familia en un entorno cuidado, seguro y estéticamente pensado para ustedes.

Con mis 24 años de experiencia trabajando con familias, bebés y niños, he aprendido que lo más importante no es la pose perfecta, sino lo auténtico, lo verdadero y lo emocionalmente significativo.

Aquí te comparto con cariño algunas recomendaciones sobre lo que es mejor evitar antes y durante una sesión, para que disfrutes al máximo de la experiencia y del resultado.


1.⁠ ⁠Llegar apurados o estresados

El estudio es un espacio tranquilo, diseñado para que se sientan cómodos, sin interrupciones ni distracciones. Pero si llegan corriendo, discutiendo por el estacionamiento o preocupados por la ropa, todo eso se refleja en el ánimo… y en las fotos.

¿La clave? Llegar con tiempo.
Pueden tomarse unos minutos para acomodarse, respirar, dejar que los niños se adapten. Una sesión relajada es una sesión feliz.


2.⁠ ⁠Forzar la sonrisa o la pose perfecta en los niños

No todos los niños llegan al estudio dispuestos a sonreír. A veces necesitan explorar el lugar, observar la luz, sentarse en el suelo o simplemente estar cerca de sus padres.

Y eso está bien.

No necesitamos que “posen”, necesitamos que sean ellos. Las miradas tímidas, los abrazos espontáneos, las manos agarradas con fuerza… son gestos reales que transmiten mucho más que una sonrisa forzada.


3.⁠ ⁠Amenazar o sobornar a los niños

Es muy común escuchar cosas como “si no sonríes, no hay premio” o “portarte bien o no salimos en la foto”. Pero estas frases generan tensión, incomodidad y una desconexión emocional que interfiere con lo más importante: la complicidad entre ustedes.

En lugar de eso, te invito a dejar que los niños sean niños. Podemos jugar, cantar, contar un cuento o simplemente darles tiempo. En mi estudio, no hay apuros ni exigencias. Solo momentos auténticos que construimos juntos.


4.⁠ ⁠Intentar controlar todo: cada gesto, cada expresión, cada detalle

Es natural querer que todo salga perfecto. Que el peinado esté impecable, que no se arruguen la ropa, que los niños se queden quietos…
Pero a veces, en ese afán, perdemos lo más valioso: el momento real.

Confía en el proceso. Estoy atenta a cada detalle, sé cuándo capturar la mirada justa, el gesto tierno, la risa inesperada. Lo imperfecto también es hermoso.


5.⁠ ⁠No planificar la paleta de colores

Una buena planificación de vestuario hace una gran diferencia en estudio, donde la luz, el fondo y la edición están diseñados para resaltar la armonía visual.

¿Qué evitar?

Ropa con logos grandes, personajes de dibujos animados o estampados muy llamativos.

Colores muy saturados o disonantes entre los integrantes.

¿Qué sí funciona?

Tonos neutros: crudo, beige, gris claro, blanco, palo rosa.

Paletas suaves que reflejen calidez: mostaza suave, celeste, verde seco.

Texturas naturales que aporten calidez visual: algodón, lino, tejidos simples.

Menos es más. Al armonizar los colores, las miradas y emociones destacan aún más.


6.⁠ ⁠No preparar a los niños emocionalmente

Muchos niños llegan sin saber exactamente a qué van. Y eso puede generar ansiedad, resistencia o aburrimiento. Una simple conversación en casa puede cambiar completamente la actitud con la que llegan.

Sugiéreles algo como:
«Vamos a ir a un lugar donde una fotógrafa muy amorosa nos va a sacar fotos mientras jugamos, nos abrazamos y pasamos un rato juntos».
Cuéntales que pueden traer un objeto que les guste o simplemente que será algo divertido y distinto.


7.⁠ ⁠No confiar en el proceso

Después de 24 años, sé que no hay dos familias iguales. Cada sesión es una nueva historia, una nueva energía, un nuevo mundo por descubrir.

Te invito a confiar.
Confía en tu familia, en tus hijos, en el tiempo que han dedicado a estar ahí… y también en mí. Estoy presente, atenta, y comprometida con capturar esos pequeños instantes que –sin saberlo– serán los que más atesores con los años.


En resumen…

La sesión perfecta no es la que sale “como en Pinterest”, sino la que logra reflejar lo que ustedes son.
Con risas, pausas, ternura, caos, miradas… y mucha verdad.

Gracias por confiarme ese momento.
Gracias por dejarme entrar con mi cámara a lo más íntimo y valioso: su historia como familia.


¿Te gustaría agendar tu sesión?

Podemos crear juntos un recuerdo lleno de emoción, armonía y belleza.
Desde ya, te espero con cariño en mi estudio para vivir esta experiencia única.

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