Los primeros días de vida de un bebé pasan en un suspiro. El aroma, la piel suave, los ojitos entreabiertos que van descubriendo el mundo… Todo eso cambia rápido, y a veces sin darnos cuenta. Por eso, muchas familias que llegan al estudio me preguntan lo mismo: ¿Cuál es el mejor momento para hacer una sesión de fotos newborn?
La respuesta es clara: entre los 5 y 12 días de vida.
Aquí te cuento por qué este rango es tan especial y cómo aprovecharlo al máximo.
1. El momento ideal: entre los 5 y los 12 días de vida
En esta etapa los bebés duermen profundamente, mantienen la posición fetal de forma natural y sus reflejos aún no están tan activos. Esto permite lograr poses delicadas, seguras y muy artísticas sin que el bebé se sienta incómodo o se despierte fácilmente.
Pasados los 12 o 14 días:
Empiezan los cólicos.
Duermen menos profundamente.
Se estiran más y ya no es tan fácil acomodarlos en poses típicas del estilo newborn.
Esto no significa que no se pueda hacer una sesión después, pero el estilo cambia: se vuelve más natural, con el bebé más despierto y menos posado.
2. ¿Qué pasa si ya pasaron los 12 días?
¡Nada está perdido!
Muchos papás no alcanzan a agendar a tiempo y llegan al estudio con bebés de 3 o 4 semanas. En esos casos, hacemos una sesión más relajada, con tomas de conexión mamá-bebé, tomas despiertas y un estilo documental. Son fotos igual de valiosas, porque lo importante es capturar el amor y la historia real de cada familia.
3. ¿Cuándo agendar la sesión?
Mi recomendación es que agendes la sesión antes del nacimiento, idealmente cuando ya tengas más certeza de la fecha de su llegada. Así te aseguras un cupo en la agenda (sobre todo si das a luz en temporada alta).
Una vez nace tu bebé, coordinamos el día exacto dentro de los primeros 12 días de vida.
4. ¿Qué debes saber antes de venir?
En mi estudio todo está preparado para que se sientan cómodos y seguros. Tengo un espacio climatizado, accesorios higienizados, vestuario delicado, música suave y la experiencia de más de 20 años retratando estos primeros días mágicos.
La sesión puede durar entre 2 y 3 horas, con tiempos para amamantar, calmar o simplemente acunar. Todo sucede al ritmo del bebé.
5. Un recuerdo que no se repite
Una sesión newborn no es solo una sesión de fotos. Es una cápsula del tiempo.
Es volver a ver la pequeñez de sus deditos, la textura de su piel, el gesto al dormir.
Es un regalo para ti hoy, y para tu hijo o hija el día de mañana.
¿Quieres agendar tu sesión newborn?
Escríbeme por WhatsApp o completa el formulario de contacto aquí en la página.
Estaré feliz de acompañarte a capturar este capítulo tan breve como inolvidable.